Utilice un protector de almohada:
Considere usar un protector de almohada o una funda de almohada diseñada para proteger contra la humedad, las manchas y la suciedad. Esto puede ayudar a proteger el componente del gel de factores ambientales que pueden contribuir a la degradación.
Mantenga la almohada limpia y seca:
Limpia periódicamente la almohada para eliminar el sudor, los aceites y otros contaminantes que podrían acelerar la degradación. Asegúrese de que la almohada esté completamente seca antes de usarla para evitar la acumulación de humedad.
Evite la exposición a condiciones extremas:
Proteja la almohada de la exposición al calor excesivo, la luz solar directa y la humedad, ya que estos factores pueden acelerar la descomposición del componente de gel. Guarde la almohada en un lugar fresco y seco cuando no esté en uso.
Gire y esponja la almohada:
Gire y esponja la almohada con regularidad para distribuir el componente de gel de manera uniforme y evitar que se asiente en un área. Esto puede ayudar a mantener un rendimiento de refrigeración constante a lo largo del tiempo.
Usar con una funda de almohada transpirable:
Elija una funda de almohada transpirable hecha de fibras naturales como algodón o bambú para promover el flujo de aire y mejorar el efecto refrescante del componente de gel. Evite el uso de fundas de almohada impermeables que puedan atrapar el calor y la humedad.
Monitorear la condición de la almohada:
Esté atento al estado de la almohada y reemplácela si nota signos de desgaste, deterioro o reducción de la eficacia de enfriamiento. Con el tiempo, el componente de gel puede degradarse naturalmente, por lo que será necesario reemplazarlo para lograr una comodidad óptima.